domingo, 23 de septiembre de 2007

HOMBRE QUE MIRA MÁS ALLÁ DE SUS NARICES

Hoy me despierto tosco y solitario
no tengo a nadie para dar mis quejas
nadie a quien echar mis culpas de quietud

sé que hoy me van a cerrar todas las puertas
y que no llegará cierta carta que espero
que habrá malas noticias en los diarios
que la que quiero no pensará en mí

y lo que es mucho peor
que pensarán en mi los coroneles
que el mundo será un oscuro
paquete de angustias
que muchos otros aquí o en cualquier parte
se sentirán también toscos y solos
que el cielo se derrumbará
como un techo podrido
y hasta mi sombra
se burlará de mis confianzas

menos mal
que me conozco

menos mal que mañana
o a más tardar pasado
sé que despertaré alegre y solidario
con mi culpita bien lavada y planchada
y no solo se me abrirán las puertas
sino tambien las ventanas y las vidas
y la carta que espero llegará
y la leeré seis o siete veces
y las malas noticias de los diarios
no alcanzarán a cubrir las buenas nuevas
y la que quiero
pensará en mi hasta conmoverse
y lo que es muchísimo mejor
los coroneles me echarán al olvido
y no solo yo muchos otros tambien
se sentirán solidarios y alegres
y a nadie le importará
que el cielo se derrumbe
y más de uno dirá que ya era hora
y mi sombra empezará a mirarme con respeto

será buena
tan buena la jornada
que desde ya
mi soledad se espanta

Mario Benedetti "HOMBRE QUE MIRA MÁS ALLÁ DE SUS NARICES"

2 tus aportaciones:

Anónimo dijo...

¡Hola Javier!
¿Qué tal?
Me ha alegrado mucho encontrar en tu blog el poema de Mario Benedetti.
Si me lo permites, te propongo otra poesía del mismo autor, al que admiro profundamente:

AMOR DE TARDE

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo de la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha cómo ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal? y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

(Mario Benedetti, “Poemas de la oficina”)
*********

Deseo que estés conmigo- Confieso.
No sé quién eres. Pero mi tiempo, también pasa..., esperando la hora de encontrarte.
¿Dónde vas?

Gracias,Javier.
Fdo: Sucette

javier peña dijo...

Hola Sucette, muchas gracias por regalarme las dos poesías que has incorporado a mi blog. Veo que tenemos en comun nuestra admiración por Benedetti asi que eso es un paso importante. Un afectuoso saludo y ya sabes donde estoy, lástima, no sé si tu tienes un blog donde pueda leerte, ya me contarás