MI EXPERIENCIA TELEVISIVA

Quiero empezar este post agradeciendo a todos, especialmente a mi familia bloggera, las muestras de cariño y la comprensión tras mi fugaz presencia en el programa Espejo Público. La verdad es que estoy muy sorprendido por los comentarios y por el impacto que tiene la pequeña pantalla puesto que en las últimas 24 horas he recibido 350 visitas en el blog, una cifra alucinante para una modesta página como ésta. Tengo que subrayar que la mayor parte sois oyentes del programa de radio ya que fue a raiz de que Luján hablase de mi blog que se dispararon el número de visitas y no sólo de España, sino de Estados Unidos, Israel, Holanda, Francia y Grecia, entre otros países.

En fin, Succette d´Ment me insta en uno de sus comentarios a que os cuente mi experiencia televisiva asi que me he decidido a hacerlo en este post. Primero deciros que yo nunca había participado en ningún programa de televisión y tampoco ha sido un medio que hasta ahora me llamase especialmente la atención. Os podéis imaginar por tanto que tenía los nervios a flor de piel y que además había dormido tan sólo tres horas después del programa (creo que eso se me nota en las bolsas que se formaban en los ojos).

A pesar de todo, y aunque tenía una grandísimo respeto por Javier Nart, mi oponente en el debate, debo confesaros que me sentí muy cómodo en los pocos minutos que duró el evento. Nart fue antes, durante y después de la comparecencia televisiva una persona cercana y afable conmigo, Susana Griso me hizo la presencia ante las cámaras superfácil y mi querido Ramón Arangüena estuvo todo el tiempo pendiente de que me sintiera a gusto con ellos. Me habían dicho que la televisión era un medio más frio que la radio, tienes decenas de personas a tu alrededor haciendo miles de cosas mientras tu hablas como si no pasase absolutamente nada. Mi objetivo fue por tanto aislarme de todo eso, olvidarme de las cámaras y charlar como si estuviera en un bar tomando una cerveza con los contertulios. Pues bien, yo no sé si se notó o no pero puedo decir que lo conseguí, nunca fui consciente de las cámaras ni de que al otro lado podía haber gente mirandome en pantalla.

En cuanto al debate en sí, procuré desmontar la imagen tópica que se tiene del festival y sobre todo, del fenómeno del chiki chiki, un fenómeno mucho menos subversivo de lo que pensaba Javier Nart que era. A tenor de lo hablado con él, creo que lo conseguí, especialmente porque poco se ha hablado de las chapuzas y trampas realizadas para el lanzamiento de Rodolfo. Lo cierto es que mi admiración hacia Nart como polemista está intacta, en cualquier otro asunto de debate me daría sopas con honda pero en este caso, la imagen distorsionada que existe del festival en España me ayudó a equilibrar mucho las fuerzas.

Sucette me pregunta también alguna cosa sobre el Chikilicuatre. Decirle que ni le conozco ni tengo interés en conocerlo, supongo que en Belgrado coincidiremos e incluso me haré alguna foto con él que colgaré en su momento en el blog. Respeto al actor que encarna al personaje pero no a lo que supuestamente pretende, no creo que sea el Quijote del siglo XXI como él se autocalifica, sino más bien un gran negocio para el Terrat. Rodolfo no es un extraterrestre, es un esperpento al más puro estilo de Luces de Bohemia, aunque en cutre, claro. Desde luego, ganar no vamos a ganar con él pero lo importante, o lo peor si se quiere, es que la posición es lo de menos, se gane o se pierda, debería ser un bochorno para los músicos de este país.