FA VINT ANYS QUE TINC VINT ANYS (2a PARTE)

Ya, ya sé que esta segunda parte ha tardado más de la cuenta, tampoco es que yo haya querido mantener el suspense como si de un culebrón se tratara. Simplemente, estos días han sido de mucho trabajo y también, porqué no decirlo, de alguna que otra celebración de un cumpleaños que ha sido un tanto especial para mi. Primero porque la sociedad te dice que a la llegada de los cuarenta pasas no se qué frontera y segundo porque realmente me ha alcanzado esta edad en un momento anímico no demasiado alto.

En la primera parte, podíais escuchar una canción de Joan Manuel Serrat que compuso cuando él alcanzó esta edad y curiosamente la lanzó al mercado discográfico cuando yo tenía poco más de veinte años. Enseguida que alguien me comentó eso de la terrible "crisis de los 40", me vino a la memoria esta canción ya semiolvidada para la mayor parte de gente. Pensé en leer detenidamente la letra, aunque esté cantada en catalán, un idioma que logro entender bastante bien gracias a mis estudios durante siete años de francés.

Sin duda es una canción hermosa, digna de las composiciones a las que siempre nos ha acostumbrado Joan Manuel Serrat, gracias a él he aprendido a amar la poesía de Machado o de Miguel Hernández, he aprendido a amar el mediterráneo aunque haya nacido a 300 kilómetros de distancia y en suma, he comprendido que las palabras de amor son sin duda las más sencillas y las más tiernas.

Pero volvamos a los terribles 40, una edad que para los que nos dedicamos a los medios de comunicación es cuanto menos preocupante. En España, a diferencia de otros países como Estados Unidos o Italia, la experiencia no es un grado cuando nos referimos a los comunicadores. Recientemente Radio Televisión Española acaba de jubilar de un plumazo a excelentes profesionales que habían llegado a los 50 años, sí sí, a los 50!!! ¿Tan terrible es que en pantalla o en los micrófonos aparezcan señores y señoras maduritos? En Estados Unidos, los comunicadores de mayor prestigio, los que lideran los grandes informativos, los morning shows empiezan a triunfar a esa edad después de haber hecho muuucho periodismo de calle. En Italia, los shows musicales que aquí presentan jovenes elegantemente vestidos, allí los presentan señores de una cierta edad ya, se entiende que es cuando mayor manejo tienen de las tablas para aguantar un programa de variedades de muchas horas de duración.

Por eso, a veces uno que acaba de llegar a los 40, se empieza a agobiar y a tener la sensación de que profesionalmente ha perdido ya demasiado el tiempo y no puede esperar eternamente a que le llegue la gran oportunidad de su vida. Me llego a plantear si realmente he alcanzado techo o me queda algo por avanzar, por poco que sea. Lo cierto es que después de darle muchas vueltas, me cobijo en la letra de la canción de Serrat y me veo como él a mi edad, lleno de fuerza y quizás el mal momento pasado al menos me demuestra que como él, tampoco tengo muerto el ánimo y aún me bulle la sangre.