Este fin de semana he acudido al teatro para ver "El Sí de las Niñas", la obra que escribió Moratín a principios del s. XIX para denunciar la realidad social que impulsaba a los padres egoístas de la época a casar a sus hijas con señores maduros sin preocuparse realmente de su felicidad. La versión, que ha dirigido Vicente Genovés, se está representando en el Teatro de Bellas Artes y el papel protagonista lo interpreta uno de los grandes de nuestra escena, Manuel de Blas que desde luego está a una altura muy superior a la del resto de sus compañeros.
La verdad es que a mí particularmente me gusta mucho más el teatro que el cine. Me resulta muy curioso saber que ha habido autores que han escrito y denunciado situaciones que aún perduran en el tiempo. Uno puede leer tranquilamente a clásicos del teatro griego y comprobar qué poco ha cambiado el ser humano en los últimos 2000 años. Ahora tenemos internet, teléfono móvil, nos movemos en coche o en avión pero al final, lo importante de la vida son los sentimientos, el amor, la pasión, los celos, las relaciones padre-hijo, la guerra, la amistad, todo eso aparece ya en sus textos. De hecho, lo próximo en el Teatro de Bellas Artes será una adaptación de Calixto Bieito de la obra "Persas", de Esquilo, que el gallego nos sitúa en Afganistán y en la actualidad.
El caso es que uno puede pensar que ya no existen los matrimonios de conveniencia a los que aludía Moratín a principios del siglo XIX, los padres ya no obligan a sus hijas a casarse con maduros millonarios para garantizarse el futuro. Sin embargo, yo sigo viendo, y mucho en las páginas del corazón, mucha jovencita al lado de multimillonario. Y no sólo eso, nuestro mundo gira alrededor de la conveniencia, nuestra vida social en muchos casos va encaminada hacia personas de las que depende nuestro futuro profesional. Pertenezco a un mundo, el periodístico, en el que he comprobado cómo los políticos se acercan a tí por conveniencia, cómo tratan de lograr una falsa amistad con la que influir en tu trabajo. Afortunadamente ya eso pasó, ahora ya no tengo que lidiar con ellos las 24 horas del día y no soy tan famoso ni tan influyente como para que se ocupen de mí. La pregunta sería ¿hay tantas relaciones por conveniencia en nuestra época? (y no me refiero sólo a las amorosas) o sólo me lo parece a mí.
lunes, 5 de noviembre de 2007
EL SÍ DE LAS NIÑAS: EL MUNDO DE LO CONVENIENTE
Publicado por javier peña en 0:36
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3 tus aportaciones:
En cuanto a lo que has escrito sobre el teatro clásico y la vigencia de sus temas hoy en día, totalmente de acuerdo (siempre recomiendo a mis alumnos que lean El Asno de Oro de Apuleyo, una novela cómica del siglo I que bien podría estar escrita hoy en día...) En cuanto a la conveniencia, claro que existe en todos los aspectos de la vida y sobre todo en un mundo cada vez más materialista. Y desgraciadamente, lo veo en la mayoría de mis alumnos de 15-18 años (NO TODOS) que poco aprecian los valores éticos y mucho los intereses o los materiales. Afortunadamente, a mí tampoco me pasa: ni tengo dinero, ni soy guapa, ni influyente....ja ja ja. Por lo menos puedo estar segura de que quien está conmigo me quiere o me aprecia de verdad. Es imposible estar conmigo por conveniencia.
Millón de besos Javi.
Claro que existen infinidad de relaciones de conveniencia. Cada vez somos más egoístas y tenemos menos escrúpulos a la hora de arrimarnos a alguien esperando obtener cualquier tipo de beneficio.
Estoy de acuerdo con las relaciones de conveniencia siempre y cuando las dos partes sean conscientes de la situación y la aprueben.
En esas parejas que mencionas donde destacan la diferencia de edad y la cuenta bancaria de la persona mayor, están sacando provecho ambas partes. Si Mr o Mrs Millonetis no estuviese forrad@, ¿crees que iba a conseguir tener a su lado "carne fresca"?
Besitos!
Estoy muy de acuerdo con Pampitos. Claro que hay bodas y amistad de conveniencia las hay y las habrá siempre porque las personas siempre queremos más, sino que se lo digan a nuestra convenenciosa internacional la Sr Bienvenida Pérez esa mujer es lo que es por sus bodas y amistades de conveniencia. Sobre el tema que no eres influyente discrepo, porque puede que no tengas tanto poder del convicción como Maria Teresa Campos o Luís del Olmo, pero tienes unos oyentes fieles que te escuchan y a los cuales valoran tu opinión incluso llegas a convencer, Ese don los tienen los buenos periodistas y sabes que para mí eres el mejor y al que más valoro su opinión.
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