Zeus, después de modelar a los hombres, encargó a Hermes que les distribuyera la inteligencia.
Hermes partió la inteligencia en partes iguales para todos y vertió a cada uno la suya.
Sucedió con esto que los hombres de poca estatura, llenos por su porción, fueron hombres sesudos, mientras que a los hombres de gran talla, debido a que la porción no llegaba a todas las partes de su cuerpo, les correspondió menos inteligencia que a los otros.
Moraleja: No es la apariencia de grandeza lo que confiere grandeza, es lo que está por dentro y no se aparenta, lo que nos hace ser lo que realmente somos.
domingo, 18 de noviembre de 2007
ZEUS Y LOS HOMBRES (Fábula de Esopo)
Publicado por javier peña en 13:45
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1 tus aportaciones:
Querido Javier:
Saludos para ti y los presentes.
¿Por dentro de dónde?¿Las tripas?
¿Es eso de “no importa cariño que la tenga pequeña o grande, sino cómo la muevo? Pues eso, que cada uno tiene sus gracias. Y el tamaño, imagino que será según con quién se compare. Pero me parece que nadie por eso es más o es menos. Simplemente es.
He oído decir que Justicia es “dar a cada uno lo suyo”. Y eso no es repartir a todos la misma cantidad, sino la que se ajusta a su ser. Así que Hermes distribuyó muy mal. Y en cuanto a Zeus, quizá se equivocó cuando le eligió para semejante tarea. ¿En qué estaría pensando? Que le pregunten a Hera, su esposa, que por cercanía aparente, a lo mejor lo sabe. Pero un señor así no creo que la tuviera muy contenta.
Te digo Javier, que yo con los griegos voy a tener un follón. Uno éste verano, paseando estaba yo, me dijo...”Buska, buska, buska, ti”. Y me señaló con el dedo, fíjate.
..¿Y qué me preguntabas? ¿Quién soy? Comunico que me estoy encontrando. Si es por mi nombre: aquí responderé al de Sucette y con apellido D´Ment. Sin más. En el caso de que cambie de opinión, lo comunicaré. Ya lo sabéis.
Y te lo digo con una sonrisa, porque eres lo suficientemente inteligente como para comprenderlo. Tu tamaño no importa. Auque también podría preguntártelo, y sin embargo, ya ves, no lo hago. Cada uno que se encuentre las medidas. Si lo desea, que las diga y si no: ¡se le respete!. Por su intimidad.
¿Escribir en algún sitio? Aquí, está bastante claro. Pero debe de ser secreto. No me responde casi nadie... ¡Qué soledad infinita!
En cuanto a si te conozco o no: de oídas.
Voy a por una barra de hierro, con el permiso de Zeus. ¡Ah! Y que me disculpe si le ofendido. No sé mucho de él. Así que puede manifestarse y explicar por qué hizo lo que hizo. Será por aprender... Lo mismo le digo a Hermes, que, insisto, parece que pecó de impulsividad y soberbia. ¿Nos dirá, para justificarse que obró de tal modo por ser un mandado del que odena? Me pregunto hacia dónde apuntaba ese equipo.
Con afecto,
Fdo: Sucette D´Ment.
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